El baño de gong es mucho más que una práctica de relajación: es una experiencia de transformación interior. A través del sonido, las personas alcanzan estados profundos de introspección, descanso y claridad emocional. Muchos participantes lo describen como “un reinicio”, una pausa necesaria para volver al centro en medio del ritmo acelerado de la vida moderna.
En Nicaragua, cada vez más personas, empresas y comunidades están integrando las experiencias de sonoterapia como complemento para el bienestar mental y emocional. Es una práctica accesible, no invasiva y profundamente restauradora.




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